estaba en otoño esa mujer era
el otoño
la hojita seca era su alma era la otredad era la barcaza
estaba toda de otoño llena esa mujer de frío estaba vivía
esa
mujer vivía de soledades ajenas
y propias
y vendidas al por mayor en el mercado de pulgas
junto a un puesto de pepinos y mandiocas era o estaba rellena su
mirada de laureles secos al sol enfermero de abril era otoño y
estaba tan sudada de sombras
se le caían de la boca babas de caracoles que le juraron hasta el
hartazgo la dicha la alegre ferretería de abrazos y linduras y
cómo vino el amor bienvenido entonces sí entonces su
corazón diminuto tornóse santo embarcación sin puertos
se hizo manos a la altura de las circunstancias
soltó sus crines porque el caballo del otro lado del río la ungía
es el amor que llegaste tarde pero inseguro que a todas horas
a todas vidas
bienvenido/

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