siempre andamos recogiendo
pedazos de rostros
huesos que han sido
a veces de otros a veces nuestros
cómo si la poesía
esa menesterosa
ese violento perro de la literatura cómo
anda siempre pidiendo una cucha cerca del
río y sabemos que el hombre no puede
o no debe
o cómo si andamos siempre con la cabeza entre
las palabras como queriendo no hacer ruido
como queriendo hallar la raíz cuadrada de
la soledad en que miramos o no
las garitas deshabitadas del día
la rubicunda necedad de sus sombras
cuál rostro o rastro de nosotros
en qué hueso desenterrado por la lluvia
estaremos todavía sonriendo con la última
visión de la locura/

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