decir la poesía/

decir la poesía a todas horas
tomar una mosca de sus alas
delicadamente
y mirándola a los ojos
recitarle un poema que hable de la tierra de las moscas
entrar a un locutorio telefónico
pedir una cabina
marcar un número cualquiera
y cuando del otro lado una voz desconocida diga hola
contestarle una poesía al oído
como un susurro un viento una violenta ola y así
extender los brazos hacia el infinito cielo
quedar cegado de pájaros y de soles
preparar la garganta el corazón los huesos
gritar entonces la poesía desde el esófago caliente
hacer la fila en la gerencia de un banco
con el número en la mano esperando el turno
y cuando nos llamen entrar sin tocar la alfombra
cerrar la puerta y con alegría de caballo iracundo
decir la poesía con las manos llenas.
decir a todas horas la poesía
como si no hubiera otro lenguaje posible
porque, de hecho, no habrá ya otro lenguaje posible/

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