epístola inconclusa para mi amiga la tristeza/

yo no le digo nada a la tristeza
apenas la nombro
que viva con eso
así como yo vivo al día por el día en la economía
porque
se sabe
un docente de escuela secundaria
aquí y en cualquier parte del mundo
no gana para sustos
ni para el más mínimo espanto
no me quejo
tengo una mujer hermosa que acompaña mis noches
que se me enreda en la espalda
y me pone a salvo de los bastones del otoño
pero le estaba hablando a la tristeza
le decía
o para mejor decir
te decía tristeza que solés jactarte de andar metiéndole
en la sangre al hombre tu inquina
que apenas voy a decir tu nombre
que voy a negarte tantas veces que serás errante como
una vocal desprendida de una palabra esdrújula
hoy te digo alegría para cambiarte la cara
hoy me tomo a la cintura de la dicha y abro de
par a impar los ojos
porque el mundo no tiene derecho de ignominia
y porque el amor
aún al más estúpido de los hombres
siempre viene a rescatarlo/

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