Irma/

Nona hervía los limones
no sé para qué
uno era tan pequeño
que esas cosas
pasaban naturalmente
Nona miraba la tele
grandes valores del tango
y repetía la última palabra de cada verso
uno la retaba
ella apoyaba la mano en la cara para no ser vista
y seguía repitiendo solo la última palabra
de cada verso
Nona tenía blanco el cabello
azul marino la mirada
la estatura de un conejo
se levantaba temprano a regar las plantas
a sacar las jaulas de los pajaritos
a encender la radio
a sentarse al fresco
en Ramos Mejía la infancia tuvo ese prurito
esa desfachatada suerte esa animalística aurora
Nona se fue hace tanto tiempo que parece que fuera
invento de uno su memoria
Nona era hermosa por donde se la nombrara
hervía limones
no sé para qué/

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