el amor lo condujo a empresas temerarias.
primero se afeitó el bigote
luego le cambió el nombre a todas las cosas cotidianas.
llamó llave a la nube
llamó sol al gato
a sí mismo se presentaba como el señor llovizna.
buenas tardes encantado.
tendía la mano con una sonrisa que le ocultaba la cara.
en su corazón comenzaron a oírse cosas extrañas:
primero una gotera luego el sonido de un picaporte
más tarde le salían acordes de guitarras.
no supo bien qué hacer con el amor e hizo una bicicleta
le puso dos asientos
un ascensor
y una ventana
por donde dejaba escapar los pájaros que le fueron naciendo en el alma.
cuando alguien le preguntaba qué estaba haciendo de su vida
el contestaba que estaba haciendo una montaña
que con gusto los invitaba a subirla
siempre y cuando prometieran no tocar nada
ni una leve uña de rocío
ni el verdoso croar de una rana
ni una mata de yuyo siquiera, nada.
cuando murió como mueren los hombres menores de trecientos años
cuando murió tocaron en su funeral baladas ceremoniosas,
él salió de pronto de la fosa en plena amargura de los vivos
y dijo que le trajeran una guitarra para animar la fiesta/

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