tragamonedas/

parecía salida de un poema de Bukowski.
ciertamente.
pero era (debería decir "es"...) de hueso
era de carne
era de nervios
pájaros acerados le cruzaban por los ojos
olas de dulzura le hendían cruces en la mirada
todo cuanto hacía era para llenar su vida
de eso
que llaman
luz/ y que puede traducirse a veces en
algo más pedestre pero tan humano
que desgarra los omóplatos el pensarlo:
necesitaba ser reconocida!
no pasar ya por las aberturas de las casas
sin que al menos un gato la reconociera
dijera "sos vos sin dudas la mujer que brilla"
o algo semejante...
el marido bueno...
el marido
un buen tipo
trabajaba setenta horas diarias
un buen tipo...
pero ella necesitaba un pájaro al lado
que le cantara una canción al oído
que le dijera algo
lo más mínimo
pero
entonces 
nada...
si parecía salida de un cuento de Arlt!
iba y venía con sus piernas largas
se ocupaba de la casa de los hijos 
de los maremotos que a veces sacuden fantasmas
qué pretendía esa muchacha de más de 1000 acordes?
ah... la felicidad!
podés creerlo?
buscaba la felicidad
es decir
el reconocimiento...
que al menos un sapo croara fuerte su nombre matinal y divino!
se la fue comiendo la cotidianidad
los cubiertos
los muebles de algarrobo las serenatas del invierno
a veces la vida sencillamente es una máquina tragamonedas
pero tranquila muchacha
hay esperanza...
revisá tus bolsillos porque siempre
siempre
escuchaste?
siempre nos queda una última moneda para probar suerte/ 




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