en este condenado universo
si encontrás un solo motivo para 
reírte 
hacelo hasta que las costillas 
te suenen como un xilofón
y la lengua se te caiga como una 
pequeña paloma roja a la tierra
reíte hasta que se te aflojen las rodillas
y debas gatear para ir al baño
reíte en definitiva hasta que la nariz te
salte de la cara y se vaya croando
hasta el jardín de las rosas invisibles
reíte hasta que la mujer de al lado
te arroje al rostro su sexo
para que de una vez te calles
y te duermas/ 

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