entonces
le pedí a los médicos
que tuvieran cuidado con mis elefantes
que si tenían que aplicarme 
la anestesia 
que fuera local
no hiciese cosa que me los durmiera a todos juntos
y después me costase un perú moverme por el mundo
ir hasta el almacén
entrar en una peluquería
sacar la bolsa de basura al cesto de la calle
porque mis elefantes despiertos
son livianos y mansos y
hasta románticos si está bien decirlo de ese modo
y acá
entre nosotros
que somos varios y nos parimos mucho
mis elefantitos nunca se agarran ni un resfriado
y se levantan más temprano que yo a leer las noticias
del nuevo mundo
que son exactamente iguales
a las noticias
del viejo mundo
y ya que estamos de confidencias 
mis elefantes dibujan con acuarelas
unos pájaros tan reales
que 
cuando abro las ventanas
se echan desesperados de cabeza al cielo
entonces mis elefantes y yo reímos como locos
con las trompas en alto/

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