confesión de parte/

esta es una confesión abierta y pública:
yo no he escrito ninguno de mis poemas.
he golpeado la cabeza de un senegalés
que fatigado
desesperanzado
lejos de su patria y de sus amores
ha venido a esta región del planeta
a vender por las calles de la Ciudad Occidental
collarcitos pulseras relojes de los colores más inverosímiles
anteojos para sol anillos símil oro y plata etcétera etcétera
resultó este senegalés
asiduo lector de una pequeña pero agraciada biblioteca
en los adentros frondosos del Parque de Niokolo- Koba donde
pasando hambrunas sedes e insomnios
se hizo poeta en modo autodidacta
y ha venido a dar justo la ñata contra el vidrio
donde me encontraba acabado de musas bebiendo una cerveza
ebrio lo invité a sentarse a mi lado
luego de negarme a comprarle un solo artículo
de los miles que en su negro portafolios exhibía
poniéndose de pie recitó una poesía tan magnánima
tan elocuente plural abigarrada simbólica que
en ese mismo instante elucubré mi plan: si las musas
me habían abandonado
algún dios bonachón me enviaba este senegalés
explotado abofeteado ultrajado por el sistema capitalista
pero devenido en escalofriante poeta
lo golpeé detrás de la oreja en un estrecho callejón
lo maniaté
y desde hace tres años lo tengo escribiendo para mí
a cambio de un plato de comida
y un LCD de 200 pulgadas/

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