si algo llamara a esa mujer
a la vida
una piedra
una cortina metálica
una pomada para los hongos del pie
no sé
un nuevo libro de haruki murakami
un tentempié
un canapé
la nieve rosa que cayó sobre rusia
si algo la despertara
si algo fuese capaz de romper en ella
esa lámina invisible
impermeable que la reviste y la deja
como una almendra
una rosa
un número indestructible y muerto
un ladrillo encajado en la arena
recubierto de horas
hecho hangar de cangrejos y de mosquitos
si algo le hiciera abrir los ojos
y sonreír de boca abierta
sonreír cajas llenas de pomelos
sonreír hijos y sahumerios y ciudades por
donde la luna se va quitando de encima las arañas
si supiera nombrarla
tocarle la mandíbula
sacar del fondo de la habitación sus mandalas
pintarlas de lluvia
invitarla a la mesa a jugar que aún estamos
como se dice vulgarmente vivos/

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