estábamos convencidos
de que la lluvia
era un invento para asustar
a los niños,
o para alegrar a las iguanas
hasta que me viste llegar mojado,
hasta que te vi respirar por
las branquias/ desde entonces
todos los días entramos a una
tienda de mascotas para saber
si por esas casualidades
no venden
paraguas de esos que tienen el botoncito así/
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