yo pude amarte toda.
de pies a cabeza.
y recoger de tu boca el beso redondo apenas amanecido
y lanzarlo contra los lobos del crepúsculo
hundirlo en los riñones verdes de la muerte
degollar con tu beso el insomnio y la marchita tempestad
con que la tristeza venía a buscarme en bicicleta
para llevarme al Parque de Mayo
y me compraba garrapiñadas y un globo rojo
para que ya no sollozara entre líneas y planos.
ciertamente pudiste amarme
dónde está la diferencia de esta balanza confusa
que un brazo invisible sostiene en tu corazón deshilachado.
vuelta de caballos con la calesita rota
esa parte de la historia que, por piedad, olvidamos
atada y desnuda en el mismo árbol donde alguna vez
garabateaste tu nombre junto al mío/

No hay comentarios:

Publicar un comentario