no te echo la culpa a vos sino a tu boca
no son tus manos sino la forma de tus manos
como tampoco son tus senos sino la dulzura de tus senos
como tampoco es tu sexo sino la noche dura que me enseñas
no te echo la culpa a vos sino a la gracia
con que tus orejas se ocultan detrás de tus cabellos
a tu nariz culpable, a esa nuca de luna increíblemente oscura
irremisiblemente dulce y mía, no
no es a vos a quien culpo sino a tus pies profundos como el día
a la risa de tu boca, condeno para siempre a tu abrazo
y a tus hombros claros como una jarra o un libro
no te echo la culpa a vos sino a mi constancia triste
a esta hora de amor imperturbable en que muriendo vivo
o tal vez no seas sino la víctima voluntaria de mi ternura/

No hay comentarios:

Publicar un comentario