esta tarde, cuando me canse de oler caballos
de jugar a los palitos chinos con tu sombra
de pegar uno a uno los bracitos del Deuteronomio
y quiera beber una cerveza con los ojos
con la boca
con los dedos que le hemos cortado a las estatuas del parque
esta tarde, mientras el bajo nivel del ferroviario
decapite una paloma boba que comía distraída
restos óseos de un alfajor blindado en chocolate,
cuando te canses de desnudarte para los libros de tu biblioteca
con esas erecciones primarias con que los índices
te buscan el sexo a la hora de entrar en los cines abandonados,
sos una habitación confortable y roja
donde uno llega con la camisa seca de tanto patear los precios
en que se convino subastar las alegrías 
y te amo, medusa morena, yo soy un eucalipto, un coro de zinc
esta tarde te clavaría en el corazón las ciudades más bellas del mundo
y me corto las manos para hacerte un vestido/

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