vengo a plantear la alegría.
aunque yo tenga un árbol sombrío en la mirada
por más que mi alma sea una máquina de coser
en un taller en ruinas, vengo a plantear la alegría.
que los hombres sean felices
que las mujeres suelten pájaros alegres en las plazas
que los niños permanezcan riendo bajo el azul infinito
uno pasa de largo, como un tren de primera clase,
qué importa el subjetivo dolor de uno mismo,
a nadie le exijo que me salve, vengo a plantear la alegría
de los vegetales, de los peces, de todos los mamíferos
porque el universo continúa y se propaga
y entre tanta ajena alegría uno vive
uno pasa/

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