miro la nieve caer
tras la ventana de cualquier casa
soy cualquier hombre
cualquier nombre es mío desde ahora
el espacio limpio entre el marco y su puerta
allí la dentellada sombra de cualquier mujer
y el amor en su escondite de monstruos desaparecidos
de estrellas que erran en el día su diatriba de luces moribundas
detrás de aquellos tilos una laguna
las pupilas adheridas al leve ronronear de una piedra
y la nieve invisible cayendo en la tierra invisible
un signo cualquiera para restaurar este lenguaje
hecho de besos que suben rascando mis articulaciones
las finas rayas longitudinales de cualquier hombre
de este cuello con pañuelo ceñido
ella es este paisaje de ñandúes que corren por el cielo/

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