ella tenía nostalgia de la rana amarilla que
trepaba en las tardes desde el fondo azul del
estanque hasta las escalinatas de su casa donde
solía dejar sus años tejiendo bufandas que nadie 
usaba porque las estaciones del frío en esos 
páramos era algo inexistente entonces sus agujas
iban y venían detrás de sus hombros y el aire
taciturno de la noche la iba adormeciendo pero
la rana amarilla del estanque llegaba para
salvarle los ojos, la boca, la sombra que en su 
corazón oscilaba con destellos de fibra y de cacao
"dónde estarás" murmuraba mirando el estanque
vacío con la última bufanda tejida en sus manos/

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