Morella ...

buscábamos lombrices junto a la zanja
con una punta de madera
rompíamos la tierra, la garúa daba su mano,
algunas raíces ebrias se nos cruzaban de brazos
y debíamos entonces arrancarlas a patadas
con su mano pequeña las tomaba del lomo
las lombrices se ensimismaban nerviosas
las dejaba pasajeras de hojitas del otoño mercante
recogidas de la tierra 
donde un caballo invisible las devoraba
partían sin tristeza zanja adentro las lombrices
Morella se acomodaba detrás de la oreja
su cabello hecho de almendras y de damascos
las uñas negras, la frente negra, las rodillas gastadas
mugrienta de infancia, las hojitas se perdían en el arroyo
y les decíamos adiós hojitas hasta pronto
buen viaje
no se olviden de nosotros/ dónde termina el arroyo?
ya no terminará, desde hoy,
es infinito/ 

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