la lengua poética
abarca en su saliva trashumante
el seno desnudo de una Eva
el viril sesgo de los machos
la trepidante rugosidad de la madera
y el hostil despilfarro de cruces
que es la noche en los mayos y en los junios
salve la poesía!
salve la parca rubicunda de su lengua!
que la verdosa lengua del poema toque
al unísono
las jorobas de los dromedarios
y las pelucas de los Enriques séptimos
y los planetas más lejanos
y la uña encarnada del dedo pequeño
que irrite y arda al mismo tiempo su Do bemol
la arcadia primitiva que la vio parir
hijos ciegos -como poetas- y lunas venenosas
que se metían debajo de las pupilas de las vacas
que de Europa llegaban
trayendo la civilización occidental y cristiana
a estas tierras de negros e indios
que el verso sea el cuenco donde soplan
las bocas del Rinoceronte Azul
los labios de la comadrona de las pampas/

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