tengo una mujer en la punta de la lengua
me basta sonreír
para que asome
entre mis dientes
su rostro iluminado,
cuando bostezo
ella bosteza en mi boca
de brazos abiertos
y se levanta conmigo
a preparar el desayuno
bebemos el mismo café
del mismo vértice de la taza
si ella declara
que le falta azúcar
entonces aprieto levemente
su cuerpo, tibio y desnudo,
contra mi paladar
y la infusión se endulza
y sonreímos conformes,
cuando marcho al trabajo
ella se acomoda detrás de una muela
y desde allí ensaya canciones
que hacen menos duras las fatigas
a veces, cuando llueve
se entretiene colgando en mis encías
poesías que hablan del amor
y de la lluvia/ me ama y la amo
ella anda feliz el día entero
por mi lengua
y yo sonrío cuando me preguntan
por qué sonrío
y cómo decir que sonrío
sencillamente porque
tengo una mujer en la punta de la lengua/
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