fui buscando algo
cuya forma ignoraba
y estaba de pronto al alcance de la mano
compartiendo difuntas glorias en la luz de las piedras
un libro de Evelyn Waugh bajo la almohada
un par de inhóspitas brújulas sacudiéndose en el viento
la retama, el hidalgo rostro del amanecido tormento, 
ah, no es verdad que mueran a tiempo quienes zumban!
ah, no es real esta carretera por donde las lagartijas
se esconden de la furiosa espada de la luz;
buscando algo cuyo nombre es una vitrola
cuya esencia es un taxi estacionado en doble fila
cuyo sexo tiene en mi boca el claroscuro humor
de las sandías/ de niño me arrojaba desnudo al mar
allí buscaba algo mientras alguien encarga un café doble
en una confitería de la calle Alem/ 

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