supongamos que de un día para otro perdemos todo
casa
amigos
mujer
trabajo
vestimentas
todo lo que alguna vez hizo de nosotros un ser considerable
no necesitaríamos ya un nombre
da lo mismo que nos llamen Cristian, Víctor, León o Luis
da lo mismo porque ya nadie nos nombrará
nadie pondrá el antelativo "señor" para dirigirnos la palabra
ese universo enigmático que es la sociedad
ya no formará parte de nosotros
estaremos sencillamente en la calle
y aprenderemos a ladrar en los callejones nocturnos
y ciertamente moveremos la cola entusiástamente 
al pasar por la puerta de un restorante chino/   

No hay comentarios:

Publicar un comentario