paula ...

se acomodó el cabello
detrás de la oreja
un solo portazo le bastó
para renombrar el mundo
para empezar a respirar
por la nariz el airecito cotidiano
caminó algunas horas
por el centro
entró en un bar
se quitó los anteojos
inexplicablemente pudo leer
las funciones de cine
del otro lado de la calle
e inexplicablemente su boca
tarareó canciones olvidadas
pidió un café
se sorprendió del sabor del grano 
en la boca
del cuerpo amarillento y dulce
de la medialuna en sus labios
miró sus manos
no eran las suyas
y sin embargo respondían a su voluble
voluntad
dedo índice derecho arriba
meñique izquierdo contraído

eran suyos los dedos de esa mano
ahora las reconocía
eran suyas!
qué alegría saberse antropomorfa
qué placer reconocer sus muñecas
sus antebrazos
y sus orejas
ah
sus orejas
acarició las paredes externas de sus orejas
como si tocara por primera vez
las teclas de un piano
toda ella se pertenecía
no era verdad entonces
era mentira que era un fantasma
era mentira que no tenía nombre
era una burda mentira que no tenía rostro
llamó al mozo
y le dijo
dígame
cuántos años tengo?
el mozo se acercó lentamente a su boca
y le dejó un beso en los labios
ese beso no importaba
pero reconoció en los músculos contraídos
de su alma
que una mujer hecha de sexo y de lenguaje
le pujaba desde las entrañas íntimas de su cuerpo
pagó el café
dejó propinas sobre la mesa
y salió a la calle
sabiendo que los días y las noches venideras
le tocarían la espalda
con un manotazo energético de vida/

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