el amor no nos deja una ramita
no comparte no comprende tu dicha
ni la dicha mía de tenerte y no es para morir
que hace y se deshace su patrimonio
que levanta majadas de otoño en las iglesias
o en las paradas de colectivo
o en el zaguán del Palacio de Justicia
o en la palma amarillenta de mi alma
o en los alegres violines de tu boca
yo no sé qué gana y qué ganas que tiene
el amor de juntar flores y piedras
de no dejarnos ni una sola de las ramitas
y que debamos apelar a tu saliva y a mi sangre
para hacernos un nidito bajo la mata
del tiempo/

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