por recordar la suerte ...

son ganas de apretar tu mano
y saber que eso que se nombra soledad
no es otra cosa que una pieza arcana de museo
un artefacto anticuado que usábamos en la calle
o en la cama o en la cocina mientras 
picábamos cebollas o freíamos la milanesa
que tenía una operación sencilla de encendido
y apagado y que había que tener cuidado con
las visitas
no vayan a rompernos el aparato y después
debemos andar leyendo los instructivos para
saber cómo demonios iban las piezas
los engranajes los tornillitos y ese reloj de arena
que viene de fábrica
siempre atrasando o adelantando la hora del hastío
no sabemos
o al menos yo ignoro cuándo es que mi mano
que andaba tocando los átomos que se quedaban
atascados en el aire de la noche
o en la garganta luminosa del día
sola solita sola tocó el libraco azul de tu 
mano y se quedó hilvanando tus dedos
y tu mano se llenó de asuntos importantes que atender
en todas las bancas vacías de esta nueva aurora que
soy y somos y andamos de hombro a hombro
las calles
las casas
los parques
los atolladeros de pájaros ruidosos de paraíso
y a veces por no olvidar que tenemos la suerte echada
a nuestros pies
visitamos juntos los museos donde de domingos a lunes
de tres a siete de la tarde
exponen esos extraños artefactos que vos y yo
por ponerle un nombre
llamábamos
soledades/

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