una vez que lloviste
y yo no tenía paraguas
tuve miedo de quedarme solito
mojado
en la vereda
pero el agua corría
la gota goteaba
la lluvia lluvía
y abrí los ojos y las manos y la boca
y caminé sin apuro por el centro de la ciudad
con las ropas empapadas
y con tus gotas pegadas en el mundo
y ya no temí que volvieras a llover
y ya no lloviste
y nunca más salí de casa con el paraguas
por si acaso/

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