mamá ...

pasó un año.
cuatro estaciones.
365 días. 
365 noches.
pasaron tu cumpleaños y el mío.
hubo lluvias
hubo soles
hubo todo aquello que debió haber:
el mundo continúa inexorable su propio giro de clow
sobre su propio eje.
no hubo, eso sí, inundaciones.
leí unos cuantos libros de historia americana.
encendí unas cuantas veces tu televisor
para que la humedad no se lo comiera
evito el llanto
evito la memoria
evito hablar de vos hasta con vos misma.
una noticia triste: he perdido a Dios
o él me ha perdido, no lo sé.
los cuadros que pintaste están donde siempre.
ayer tomé una ducha en tu baño
use tu shampoo y tu toallón
me miré mis pies desnudos bajo el agua
no arreglé aún eso que te aquejaba siempre:
la poca luz, la dicroica quemada que jamás cambiaste.
todavía continúa llegando la boleta del teléfono
a nombre tuyo.
tus botas marrones continúan paradas al borde de tu cama.
y la puerta de calle sigue emitiendo ese suspiro de madera
que anunciaba tu vuelta a casa
luego de una larga jornada de trabajo.
tengo la libertad del hombre que ya no tiene quien lo rete
o quien lo abrigue: la libertad del hombre sin madre.
a veces alguien me pregunta por vos
y le digo que seguís bien, como siempre.
tus cenizas están dentro de una caja que nos entregaron,
a tu hija y a mí, en mano: he aquí su madre, firmen, gracias.
hundo las manos en la realidad
como en una estatua de barro que cede sin resistencia
ante el frío de mis dedos: daría toda la luz
por ver tu sombra, solo tu sombra, fumando en la cocina.
pasó un año
se abrieron y cerraron cerraduras
se encendieron y se apagaron hornallas 
nacieron y murieron millones de mariposas.
un dato que no te interesará: aún impera en el mundo
el capitalismo.
yo sigo dando clases de literatura
y concibiendo poemas que causan cierta aceptación.
el tiempo -ese perro bobo que muerde su propia cola-
camina con las manos en los bolsillos.
cuando miro la noche te pienso infinita.
pienso que deberías haber durado más
pienso que debería haberte hecho más compañía
pienso que el amor fue ingrato con tu alma.
hay una parte de vos que nunca he comprendido
y ahora es irrelevante.
visitame alguna vez: prometo no gritar de espanto.
no le he temido nunca a los fantasmas.
cuando era pequeño y te ibas al trabajo
yo me quedaba oliendo tu ropa, te acordas?
hoy me acerco a tu cama y huelo la almohada:
tu cabello sigue estando allí.
no estoy triste, madre, no lo estoy.
y si lo estoy no se entera nadie.
no tengo nada que reclamarte y poco más que decirte.
solo este detalle: 
me diste tanto amor
tanta ternura
que estando tan lleno de vos
no concibo el mundo sin cariño
no comprendo el amor sin locura. 


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