poema de las ocho y 1/2 ...

esa mujer es tan grande
que me cuesta a veces llevarla conmigo
y le pido ayuda a los pájaros
les digo/ escuchen deben ayudarme
no puedo yo solo
cargarla por las calles/ pero los condenados
se ríen
no lo creen posible y se van
abren sus alas de luz y se van
entonces me quedo a solas con ella
y la miro a los ojos
y me subo a su mano izquierda y allí me acurruco
y le miro la boca que parece un cielo postizo
o, quizá, el verdadero cielo.
ella cierra la mano y me abriga
y paso allí la noche
mientras sueño con alcanzarla en estatura
para que ya no se me haga difícil
ciertas veces
llevarla en volandas por la vida/ 

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