hombre  ...


soy el hombre que lloró su propia muerte
el mismo que derribó un pájaro 
por el placer de ver caer el cielo
he sostenido entre mis manos la llave de una casa
de la que entré y salí incontables soles
imperturbables veces
una llave una casa que no son mías ya
ni son de nadie ya
ni son de nadie
he golpeado hasta sangrarme los nudillos
un verde pizarrón 
atiborrado de escupitajos de mis alumnos
y los he mirado a la cara y les he gritado que los quiero
sí, en efecto: son una causa
si aligero mi café 
al levantarme 
no me encuentro en el mundo
ni en cafetería alguna
solo eso/ aligerando mi café 
y nada más
ah, ser un suspendido avión de papel en la ventana
mentira, aún no he llorado mi propia muerte
ni la muerte de mi padre ni la densa niebla de mi madre
sostengo con mi lengua el firmamento
puedo chasquear los dedos y romperte las costillas
podés acariciar mi espalda
y seré tu buen compañero 
desde ahora y para siempre/

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