mercedes ...

ya no tenés que preocuparte por las tarjetas de crédito.
ni por llegar temprano al banco.
ni por esos bichos inhumanos que fueron con vos los hombres.
ya no tenés que despertarte a las tres de la mañana
para cumplir con tu insomnio.
ya no podrás perder más teléfonos celulares ni llaves ni billeteras
ni caerte de bruces en las veredas del centro.
ya no podés derrumbar silencios con tus carcajadas
ni invitarme al cigarrillo nocturno de antesala al diálogo.
no podés lo bueno ni lo malo.
de tu imagen que ya no es mía conservo el viento
y la angustia y las revoluciones que triunfaste
y la melancolía que no te dejaba sola.
sin embargo, tu alegría era una campana un camino a Córdoba
una hilera inobjetable de pájaros bondadosos,
madre
me estoy quedando solo.
una vez me dijiste que te iba a extrañar.
no te equivocaste.

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