quisiera con todas las fuerzas de mi corazón
que Macedonio Fernández volviera de la muerte
y tocara el timbre de mi casa
aunque no tengo casa ni timbre
golpeara la puerta de calle
aunque no tenga calle ni puerta
y me invitara una cerveza
y quisiera charlar conmigo
¡por qué no!
acerca de la literatura argentina
desde Cambaceres a Piglia
y comiéramos manises
como dos desesperados
como dos viejos amigos
que nunca fuimos ni seremos
o tal vez sí
seamos contemporáneos
como dice aquel poema del capitán Gelman
quisiera con todas las fuerzas de mi desnutrido corazón
que Macedonio me abrazara
y me contara un chiste
o me invitara a pasear por los veranos
o por los pasillos de la facultad de la plata
y terminemos sentados como dos niños
arrojando piedras al río y señalando en el horizonte
barcos que vienen y que van
desde montevideo a nuestra aldea/

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