bueno, pongamos entonces que acepto sin chistar los árboles.
puedo, para tranquilidad general, firmar de letra y puño
un acta -bajo la atenta mirada de un jurista- donde declare
que acepto sin peros ni letra pequeña el derecho a la existencia
de los árboles, ya sean pequeños o se traten así mismo de
especies que superen los 150 mts contando desde el ojo ciego del
nervio más profundo del cabello de raíz más sepultado hasta la
rama de copa más cercana al cielo. pongamos, para acabar el
pleito, que acepto sin condiciones ni reservas también al espécimen
de pájaro o roedor que habite en ellos, es decir, en los árboles.
todo sea por evitar males mayores.

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