habitada por ventanas y por puertas
era una casa esa mujer y era un paisaje
tenía en la voz una muñeca
que giraba dentro de una caja musical,
su nombre era un mar tormentoso y en calma
tenía en el alma una historia de pajaritos,
si uno apoyaba la oreja en su pecho
escuchaba el ruido metálico de la aurora,
contra su boca el viento dibujaba cabras
que venían a dormirse bajo mis manos,
en sus ojos crepitaba un puente y el
sonido octogonal de una paloma, moría
y era su muerte un barco asomando las orejas
desde el fondo de un mar oloroso a limones,
habitada por ventanas y puertas era un mundo,
vivía esa mujer y su vida dejaba
a mi alrededor un parque
donde los árboles exhalaban azules cabelleras
que caían como nieve sobre mi alma/

No hay comentarios:

Publicar un comentario