pero para entonces estaremos grises.
para cuando disgreguen esa noche habremos comprendido
quizá un poco más tarde que el habitual de la gente
que sencillamente no se puede
andar dejando jirones de sombra 
enganchados en los
alambres de púa 
que la memoria 
con paciencia
encabalga 
sobre el pico vertedor de los pájaros.

pero para ese entonces 
ni a vos ni a mí 
nos resultará ya incómoda
la hoja de laurel 
que moja 
la aurora con su baba,

y dado que solo habremos gastado 
una sola de las vidas 
que tenemos 
se podrá encender el fuego 
con lo que quede de la
ceniza. 

aunque pensándolo 
un poco menos 
todo esto que huele 
a ralladura de limón 
o a piano
nos dejará en las manos 
un octavo crepúsculo enfurecido,

cuando se acabe el peligro, 
para ese entonces 
estaremos más hermosos,

no es que hayamos mentido, 
hemos exagerado un poco,
esa hipérbole que fuimos.

no,
no estaremos grises,
de ningún modo.

yo tendré más colores que cicatrices.
vos llevarás un pájaro azul en los ojos/

No hay comentarios:

Publicar un comentario