no sé
sino
tu nombre

no conozco tu raíz
ni el color de tus hojas

quizá en tu voz
vaya el viento
tocando violines

o tal vez el mar con sus metales sonoros y dulces

no sé si tenés en las manos
manzanillas que reniegan perfumes

o si el día se descascara en ellas
y se duerme
como un caballo sobre
el vado de un río,

y aunque parezca
locura este infinito
quisiera compartir con vos:
penumbras
luces
mariposas,

lluvias que abren sus dedos sobre el paisaje y tiemblan,

pero ya sabés
me gana
a veces
la tristeza
porque estoy hecho de pájaros que miran la noche

y si en este siglo
solo me toca en gracia
quedarme con tu nombre bajo del brazo
iré con él
por el mundo
sabiendo de antemano
que un nombre, tu sustantivo verde, bastó
para alegrarme/




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