los sueños de la razón producen monstruos/

durante años le di de comer a mi razón.
la alimenté con todo tipo de comidas.
engordó tanto, se hizo tan lógica
que casi no me dejó lugar a mí mismo.

la razón es hija de los monstruos
sobre todo de los monstruos sociales
en ese oscuro y viscoso caldo de cultivo
se cuecen las habas de la culpa y del arrepentimiento
y, créanme, no hay Cuco más TERRIBLE que
esos dos engendros soltando sus enjambres
sobre nuestras barbas.

durante años le temí a la locura.
esa nomenclatura extraordinaria colocada allí por los racionalistas de la modernidad.
el infierno son los otros, la mirada de los otros, dice Jean.

y qué si no miradas son las que construyen el aparato digestivo de la razón?
y los discursos en torno al Sujeto Íntimo y falible que somos
y las moscas de la Culpa sobre nuestra Mierda Angustiada.

periplos del Niño Alegre que intenta sonreír y correr y ser sincero.
durante años enteros alimenté los monstruos de la razón.
desde hace un tiempito estoy dejando que se caguen de hambre
y, una vez débiles y famélicos, los tomaré de las orejas
los sazonaré, los salaré,
y los devoraré mientras corro desnudo por Parque Pereyra/

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