durante mucho tiempo
he perseguido una moneda
que se cayó del bolsillo de una señora,
podría haberle avisado
más no sea por haber sido un cristiano ortodoxo.
en lugar de ello
cerré mi boca
y me agaché a recoger la moneda
pero ésta
por magia sobrenatural o empujada por el viento
se corría de lugar cada vez que me acercaba
así la perseguí por los cinco continentes
por la ciudad antigua sepultada bajo el Atlántico
me llevó su rodar hacia la polaridad del norte terrestre
he conocido esquimales
he conocido tribus antropófagas
y disertantes de lenguas perimidas
matemáticos, juristas, vendedores de collares,
he recorrido el mundo entero detrás de esa moneda,
he aprendido más lenguas humanas que David
y he probado las comidas más sabrosas,
cuando una tarde
casi por error
la moneda cayó en mis manos
sentí primeramente una alegría acuciante
pero luego una tristeza desconocida,
entonces dejé caer nuevamente la moneda
y así seguimos por el mundo
ella dale que dale sobre asfaltos, bosques, países,
yo jugando a alcanzarla
y no queriéndola alcanzar/

No hay comentarios:

Publicar un comentario