casi le arrancamos nuevamente al paraíso
un trozo de mármol.

casi estaba ahí tu boca y sus desbordes.

estaban ahí mis ojos en tu lenguaje.

el rayo cayó sigiloso devorando imperios
quebrando árboles

dejó un hilo de pájaros hechos ceniza.

casi sentí sobre mis dedos
el peso lechoso
de las nubes

la brusca intemperie de la ternura

la vida abriendo los ojos de par en par para mirarme.

vuelvo al caparazón
a mi cara de tortuga
a mis días de andar lento y lluvioso sobre la tierra/

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