la realidad tiene en la frente
una mariposa
a la que siempre
le duele la barriga

si no es la barriga es el dedo
y si no es el dedo ni la barriga
a la mariposa le duelen los colores de sus alas

yo la soplo como para despertarla
y ella revolotea y revolotea y se
va por la ventana y se posa en el poste de luz de la esquina
y pasan los chicos y quieren atraparla

cómo van a atrapar la mariposita de la realidad y
hacerle hacer lo que se les antoje?

pero pronto los chicos salen corriendo detrás de una pelota
arriba de una bicicleta
o dándose de patadas en las nalgas los unos a los otros
gritando como chimangos, los chicos.

esa mariposa tiene las antenitas tristes
porque todo la hace sospechar melancolía, yo la dejo quejarse en
la palma de mi mano y luego la echo al aire como corresponde

dice, la mariposita, que si huele una flor o una higuera
se larga a llorar a patalear a no sé qué otras berreadas

que si pasa cerca de una tela de araña se asusta
la muy pava

salgo a caminar un rato y ella me sigue pegadita a mis manos.
y si un perro le ladra ella ya se esconde detrás de mi oreja.

no te culpo, mariposita, si yo también pudiera
me escondería detrás de tu oreja
hasta que pasen de largo todas las cosas que hacen ruido
o están rotas
o tienen en la mirada una luna cansada, fugitiva/

No hay comentarios:

Publicar un comentario