ya no tendrá nombre el río.
no sabrás nombrar su orilla
a las piedras hundidas en su cuerpo
las llamarás con ruidos guturales
a los pájaros que lo cruzan
los señalarás con el dedo.
ya no tendrá nombre el paisaje
las nubes, las violentas nubes
la noche impasible y lejana
estrellas mecánicas que mires
nada tendrá nombre.
habitarás un mundo donde las cosas
carezcan de nomenclaturas
podrá hacerte daño la roldana invisible
que permite a la mariposa agitar sus alas,
una mísera gota de agua
podrá agujerearte el brazo extendido
y sentirás dolor mas no sabrás nombrarlo.
ya no tendrá nombre el río
y tu propio rostro en el espejo
te será ajeno como un jabalí,
como el amor, como la lluvia, serás
ausencia/

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