falleció el poeta equis de la esquina.
su mujer se dio cuenta que era poeta
cuando entró a tirar las cosas de su ropero
cuando puso en una bolsa de consorcio
el único par viejo de zapatos que tenía
la única camisa a rayas que tenía
el único corazón blanco y negro que tenía
y así 
revisando el antiguo y oloroso ropero matrimonial
encontró tres maletines cargados
repletos
innecesariamente hinchados de papeles amarillentos
desprolijos
borroneados
hechos filamentos del otoño en que paría pájaros inservibles,
su perro se dio cuenta que era poeta cuando lo enterraron
porque el muy fiel olió la tierra que a su vez olía a literatura
entonces pensó el perro que debía de ser muy bueno 
haber tenido un amo poeta
que le compraba en la carnicería de la vuelta
huesitos y otras menudencias para que él, el perro del poeta,
anduviera moviendo el rabo más contento que una paloma,
falleció el poeta equis de la esquina
que nunca leyó un poema en público
que nunca le publicaron ninguna palabra en ningún semanario cultural
que no recibió nunca el galardón de un premio
que no le pidieron jamás un panegírico en honor a las navidades
o a los cumpleaños
o la emancipada lluvia de los corredores oscuros.
falleció el poeta equis de la esquina
en el entierro llovía 
se mojó no más su mujer que no sabía que su pareja la engañaba con
la poesía y que le hacía el amor cuando ella se iba a la cama.
también se mojó el perro que no tenía ni su sombra como paraguas 
pero nadie más se mojó en el entierro del poeta equis de la esquina,
a la literatura no se le movió una letra para llorarlo.
pero cuentan las lenguas del pueblo
que si uno apoya la oreja sobre aquella tierra
el poeta, alegre y agradecido, recita de memoria
todavía
algunos versos/

No hay comentarios:

Publicar un comentario