no podemos reírnos de todo.
hay límites que debemos respetar.
yo puedo reírme perfectamente de un jorobado.
puedo descalabrarme la mandíbula si veo
que un niño se cae por la escalera del colegio
y se hace daño.
pero todo tiene un límite.
no puedo reírme de una mujer que compra una kokedama
y ésta se le muere a los dos días.
no puedo reírme de un hombre que llora junto a
la tumba de su hámster.
no soy tan desalmado para reírme de un poeta cuando
le hace la circuncisión a una metáfora!

ya lo he dicho.
todo tiene un límite.
no podemos reírnos de todo.
todo el tiempo.
debemos pensar más y reírnos menos.
por algo somos homo sapiens
digo, por algo no somos homo ridens.

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