supongamos que sí
que el mundo marcha bien
que todo está donde debiese estar
que la pobreza es producto de la desidia
que el hambre toca solo el hombro del haragán
que la policía está para cuidarnos
que los Ministros de Economía velan por nosotros
que los buenos poetas van al cielo
y los malos vaya Cristo a saber dónde
que el Nobel de la Paz es justo y necesario
y suponiendo supongamos que no
que la poesía no debe meter sus narices donde no la llaman
que los cartoneros no tienen derecho de robar nuestra basura
que el negocio inmobiliario no es una aberración burguesa
que los bancos no son usureros y vividores de la carne humana
que en las Universidades no nos enseñan a pensar en europeo
que los pájaros andan equivocados de rama en rama
supongamos que sí
que el mundo marcha bien
y que uno es una mosquita a punto de ahogarse en el café.
Supongamos que siempre hay una cucharita salvadora que nos saca a flote.