la impotencia de la no escritura
la llamada miseria de la hoja en blanco
el poeta que no produce versos sino espasmos
esa rabia lisonjera de palabras esdrújulas que
no terminan nunca de trepar el enrejado
y del otro lado las realidades de la ciudad
los olores ruidos paisajes de la vieja ciudad
eso ocurre cuando la literatura crea su torta
su festín de símbolos cósmicos mientras tanto
las plazas se llenan de seres invisibles
voces invisibles y la poesía quería decir cosas
y el poeta quería fosforecer/ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario