a un costado de la calle
hay un niño
a un costado del niño un balde
con ese balde el niño no hará un castillo
porque no se puede hacer castillos en la calle
porque los castillos se hacen en la arena
pero ese niño de remera y de medias y
de agujeros en la mirada no conoce el mar
no conoce la arena
dentro del balde hay agua
dentro del agua una esponja
a un costado de la calle
hay un niño
que espera con avidez el semáforo
para limpiar vidrios de coches ajenos
en los bolsillos de su vaquero hay un caballito de ajedrez
que se encontró tirado
junto al cordón
confía en que alguna vez
encontrará el tablero y los peones
y las torres
y algún dios que le enseñe cómo diablos se juega
si no se tiene infancia/

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