pensemos en las primeras palabras
los primeros ruidos que el hombre
en su búsqueda implacable por asir la realidad
balbuceó
señalando quizá con el dedo extendido
hacia aquello que procuraba aprehender
ese ruido esa monstruosidad construida con restos
de aire sonoro
esas primeras metáforas
porque qué duda cabe que el lenguaje
todo el lenguaje
no es otra cosa que una metáfora de la realidad
un intento brusco desesperado del hombre
por interpretar por comprender por comenzar
a formar parte inherente a ese todo que hasta entonces
podía solo contemplar
pensemos en las primeras palabras
las únicas posibles
el resto son repeticiones infinitas de golpes
de signos invertebrados que se pierden en la lluvia/

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