no hay vínculo racional
entre la palabra y la cosa.
entra la palabra y la cosa hay la lluvia
hay la hija que espera la vuelta del padre en
el alféizar de la memoria, hay la gloria, el olvido
hay el perro distinguido de la nobleza rauda,
hay mi hermana con sus ojos de viento y molino,
pero no hay a fin de cuentas otra cosa que
un insecto bordó mecánico entre la
palabra y la cosa en sí.
entonces cualquier palabra es metáfora de la realidad,
a lo mejor la realidad misma es una metáfora del hombre.
y el hombre no sea sino otra cosa que vanos sonidos
articulándose en el silencio universal de los andenes/

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