hay que poseer una lucidez mayúscula
una fuerza extraordinaria
para romper la sintaxis castellana.
mi tío Ulises, por ejemplo, terminó con
el coxis roto por intentar levantarla del suelo
y eso que era un hombre fortachón y decidido.
el ubérrimo defensor de Aldosivi
Mateo Alonso Guzmán
una tarde inolvidable de julio del setenta y dos
quiso formar un hipérbaton con el sexo amontillado
de su concubínica mujer y la mentada
terminó con fractura de adjetivo calificativo.
no señor.
no cualquiera.
un Góngora puede ser.
un Quevedo y Villegas.
el último poeta sudamericano que intentó
socavar la sintaxis castellana
está encerrado en una caja musical
en una tienda de antigüedades
cerca de Carrefour, provincia de Salta/

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