el fin de los grandes relatos
no es el fin de la furgoneta
la descadillada voluntad del
poeta que repartía a siniestra
y a diestra sus veinte dientes
de pistonudo enjambre, hoy
a menos de un grado bajo
cero se recuecen y recuecen
los filetes con que se alimentan
a la hora del descanso las
bondades, el fin de los disfraces
mas no el fin de la furgoneta
con que mis setenta padres
hicieron el amor con mis
setenta y un madres/

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